
Silencio es todo lo que existe en mi habitación y un silencio profundo e hipnótico, solo me alumbro con una débil luz proyectada desde el suelo por mi vieja lámpara al lado de mi cama. Busco algo dentro de mí, algo pueda aclarar estos caminos que he tomado.
Escucho un viejo disco de New Order del año 81, algo muy parecido a Joy Division, y pienso que malditas sorpresas me esperan en mi estática existencia, no se si debo deprimirme o aceptar relajado los avatares del destino. ¿Frustración o esperanza?... cual será el sentimiento futuro que infecte mi vida de nuevos brillos u oscuridad.
Recuerdo la soga que pendía del árbol de mi casa en Viña, invisible para todo el mundo y solo visible para mí. Colgada en caso de una emergencia de espíritu, o como recordatorio de la fragilidad de la existencia humana.
Mí vida ahogada por la tristeza de aquella época, adolorido del alma por el rechazo de quien en algún momento fue mi más preciado tesoro, ruego al destino no vivir aquella experiencia nuevamente. ¡Que sombríos caminos recorrí para salir de aquel trance!, solo por la acción del destino pude ver renacer mis sueños acabados por mi propia mano: degollados, dejando en su lugar la ceguera del que yace dormido, quieto, totalmente en blanco, hoy los tengo nuevamente y espero no perderlos para continuar el acenso al quien sabe donde.
Tomo un cigarro y escucho el ritmo angustioso de una canción, solo espero que suene el teléfono con malas noticias… salir o quedarme es la pregunta, mas quiero apoyar mi cabeza en la almohada y dormir, quedar inconciente por algunas horas y despertar sin el miedo a la sorpresa que crece en mi actual existencia.
Tanta fatalidad, tanta vida por delante y ¿cual es el sentido de todo esto?... miro mis manos moradas de frió, no quiero seguir escribiendo, no encuentro la claridad para alcanzar ninguna respuesta, solo la tristeza que emerge del pecho y esta compleja soledad gratuita.
¿Quién fue el maldito loco que escribió mi destino, solo para ver como me retuerzo de miedo?, tan lejano quedaron mis sueños de infancia por una vida y veo como me separo de esta, ¿tan confundido estoy?, o ya no estoy despierto.
Azariel.