jueves, 17 de mayo de 2007

Canto del dormido


Silencio es todo lo que existe en mi habitación y un silencio profundo e hipnótico, solo me alumbro con una débil luz proyectada desde el suelo por mi vieja lámpara al lado de mi cama. Busco algo dentro de mí, algo pueda aclarar estos caminos que he tomado.

Escucho un viejo disco de New Order del año 81, algo muy parecido a Joy Division, y pienso que malditas sorpresas me esperan en mi estática existencia, no se si debo deprimirme o aceptar relajado los avatares del destino. ¿Frustración o esperanza?... cual será el sentimiento futuro que infecte mi vida de nuevos brillos u oscuridad.

Recuerdo la soga que pendía del árbol de mi casa en Viña, invisible para todo el mundo y solo visible para mí. Colgada en caso de una emergencia de espíritu, o como recordatorio de la fragilidad de la existencia humana.

Mí vida ahogada por la tristeza de aquella época, adolorido del alma por el rechazo de quien en algún momento fue mi más preciado tesoro, ruego al destino no vivir aquella experiencia nuevamente. ¡Que sombríos caminos recorrí para salir de aquel trance!, solo por la acción del destino pude ver renacer mis sueños acabados por mi propia mano: degollados, dejando en su lugar la ceguera del que yace dormido, quieto, totalmente en blanco, hoy los tengo nuevamente y espero no perderlos para continuar el acenso al quien sabe donde.

Tomo un cigarro y escucho el ritmo angustioso de una canción, solo espero que suene el teléfono con malas noticias… salir o quedarme es la pregunta, mas quiero apoyar mi cabeza en la almohada y dormir, quedar inconciente por algunas horas y despertar sin el miedo a la sorpresa que crece en mi actual existencia.

Tanta fatalidad, tanta vida por delante y ¿cual es el sentido de todo esto?... miro mis manos moradas de frió, no quiero seguir escribiendo, no encuentro la claridad para alcanzar ninguna respuesta, solo la tristeza que emerge del pecho y esta compleja soledad gratuita.

¿Quién fue el maldito loco que escribió mi destino, solo para ver como me retuerzo de miedo?, tan lejano quedaron mis sueños de infancia por una vida y veo como me separo de esta, ¿tan confundido estoy?, o ya no estoy despierto.

Azariel.

2 comentarios:

Claudia Alarcón Vidal dijo...

A mi Armandinsky...

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Una mujer se ve envuelta en una estéril escena romántica…

Un hombre busca desesperadamente desentrañar toda la incógnita de un apasionamiento…

Aquella mujer conoce a aquel hombre, comparten alegrías, ansiedades, dudas, ignorando los límites del tiempo.

Él escapa, ella permanece, ambos buscan, ambos se encuentran en una sinergia dividida…

Él enfrentado a nuevas dudas, ella escarba en nuevas oportunidades…

Siempre simultáneos, siempre dispuestos, siempre estáticos, siempre ajenos, siempre emergentes...

Paralelamente ausentes, eximen afectaciones, mordisquean el destino, proliferan en pensamientos fatuos...

Ellos recorren sus vidas y atraviesan una serie de sucesos que los hacen volver al punto de encuentro...

Ella está presente y él, la hurguetea con sus ojos

Anónimo dijo...

a veces no exiten las palabras que puedan describir el abanico de cosas que siento por ti, sabes?.

Es raro, como nosotros. de lo más complicado y fuera de lo común. De sobrenaturalidad estamos echos.

Que?, acaso en toda esta semana no nos hemos dado cuenta de aquello?

Te amo, monito pero gato pero bestia mia.